ELEMENTOS DEFENSIVOS
El yacimiento de las Paleras se encuentra en el Cerro del Castillo de Alhama de Murcia, a unos 317 metros sobre el nivel del mar. En pleno valle del Sangonera/Guadalentín, servía de atalaya perfecta para controlar y custodiar esta vía de comunicación natural entre la zona valenciana y Andalucía. Además, su cercanía a las serranías de la Muela y sierra Espuña garantizaban el acceso asegurado a sus recursos.
El propio Cerro del Castillo, por sus características topográficas, garantiza una serie de condicionantes naturales que facilitan la defensa del poblado, cuya extensión completa ocuparía un área de 20.000 m2. El cerro, con sus abruptos barrancos en torno a una zona amesetada central, lugar donde se erigiría el grueso del poblado, garantiza de por si una defensa natural del asentamiento complementado además, con elementos defensivos de origen antrópico.
En cuanto a los elementos defensivos erigidos por los pobladores del lugar, se cuenta con una muralla perimetral que rodea todo el cerro, especialmente fortificada en su cierre norte, donde se cuenta con torres que protegen lo que se ha identificado como el acceso principal al poblado. También se distingue, en su zona más elevada, un recinto superior fortificado de unos 1000 m2, identificado como una alcazaba.
Tanto por su ubicación como por sus elementos defensivos, consistentes en torres adosadas a la muralla y dos puertas de acceso, se pude definir como una auténtica fortaleza o fortín dentro del propio poblamiento. Además, por la singularidad de sus elementos arquitectónicos y por la metodología de construcción que se emplea, se puede identificar también esta ubicación como el lugar de asentamiento de una élite jerarquizada.
Tanto las murallas como las torres defensivas seguían un modelo de construcción muy similar. Primeramente, se construía un zócalo hecho en piedra, obtenida del propio cerro o de la cercana sierra de la Muela, del cual se ha conservado tramos de hasta 1.40 m de alzado. Posteriormente, sobre este muro, se levantaba utilizando la técnica del tapial, el resto del muro hasta alcanzar los 6 metros de altura.
Esta forma de construir obedecía a una técnica empleada desde la edad del Bronce, por la cual se buscaba economizar los materiales de construcción edificando con mampostería de piedra solamente la base del muro, realizándose posteriormente el resto con tierra y margas del lugar a través de la técnica del tapial, más barato y fácil que la mampostería. De esta forma se conseguía construir un cerco amurallado de manera efectiva y rápida sin demasiado coste.